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Literatura y… música

Baudelaire, Satie, una traducción, una hoja caída | El otoño

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Canto de otoño

Nos hundiremos pronto en la fría tiniebla.

Me despido de ti, verano breve, claro…

Ya oigo el gemido gris, la canción de la muerte

de unos troncos cayendo sobre el pavés mojado.

 

El invierno está en mí: vendrán haces de cólera,

desolación helada, una tarea atroz…

Y atado como un sol a un témpano de hielo

mi corazón va a ser un trozo más de nieve.

 

Escucho mientras tiemblo el rumor de la leña

tejiendo lenta y seca su patíbulo triste.

Gemela de la almena, vencida, derrumbada,

mi alma se destroza bajo su piel de piedra.

 

Anestesiado, inerte, me figuro el sonido

de un ataúd  sin paz, clavado a toda prisa.

El verano fue ayer; ya es por siempre el otoño.

Y así suena su adiós, brama su despedida.

 

Nota caduca:
Este poema «traduce», con el mismo caos de las hojas sobre el suelo, el inmortal canto de Baudelaire.

 

Chant d´Automne

Bientôt nous plongerons dans les froides ténèbres;
Adieu, vive clarté de nos étés trop courts! 
J’entends déjà tomber avec des chocs funèbres 
Le bois retentissant sur le pavé des cours.

Tout l’hiver va rentrer dans mon être: colère,
Haine, frissons, horreur, labeur dur et forcé,
Et, comme le soleil dans son enfer polaire
Mon coeur ne sera plus qu’un bloc rouge et glacé.

J’écoute en frémissant chaque bûche qui tombe;
L’échafaud qu’on bâtit n’a pas d’écho plus sourd.
Mon esprit est pareil à la tour qui succombe
Sous les coups du bélier infatigable et lourd.

Il me semble, bercé par ce choc monotone,
Qu’on cloue en grande hâte un cercueil quelque part.
Pour qui? – C’était hier l’été ; voici l’automne!
Ce bruit mystérieux sonne comme un départ. 

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