Calendario fm|al 2016
Erik Satie | 17 de mayo de 1866
—¿Óigame? ¿Monsieur Satie?
—Algo mejor: le escucho.
—¿Y mis piezas? ¡Quiero mis piezas!
—Pensé que era usted un hombre entero.
—Soy un hombre enfadado, le encargué las piezas para mi ascensor nuevo, y usted me entrega Insultos, Tres piezas en forma de pera, Pensamientos penúltimos, Cosas vistas de derecha a izquierda sin gafas… ¿Qué es esto?
—Insultos, Tres piezas en forma de pera, Pensamientos penúltimos, Cosas vistas de derecha a izquierda, sin gafas… Sus piezas.
—¿Le parece serio? ¿Cree que pueden escucharse en un ascensor?
—¿El ascensor sube o baja?
—¡Y qué más le da! Supongo que bajará y subirá como todos los ascensores…
—Eso sí que no es serio.
—Escúcheme de una vez: ¡quiero mis piezas, Monsieur!
—Ahora, ahora le empiezo a oír…
—¡Mis piezas, Monsieur!
—¿Sus piezas o las de su ascensor?
—¡Ambas!
—¿Pero su ascensor no estaba ya montado? ¿No bajaba y subía?
—¿Le parece digno, Monsieur: Embriones disecados, Cuartos fríos, Dos sueños nocturnos…? ¿Le parece adecuado, si cabe?
—¿Tan pequeño es su ascensor? ¿No cabrán todas?
—Descripciones automáticas, Bocetos y requiebros de un gran muñeco de madera…
—Si lo desea puedo acortarlas. Admiten varios tamaños. Permiten varios formatos.
—¡Me abruma usted, Monsieur Satie! ¡Quiero mis piezas! ¡Las piezas para mi ascensor!
—No se sulfure, Monsieur Monsieur. Puedo pasarle los números de teléfono de un buen mecánico.
Erik Satie, compositor y pianista avant toute chouse, es un músico contemporáneo del nacimiento de los ascensores mecánicos y el teléfono. Sintió la música con tal intensidad como para carcajearse un poco con ella. En el fondo se adivina en él un alma tímida, totalmente capaz de emocionarse con lo escrito y cubrir esa debilidad con un título pomposamente paródico. La seudoparodia es precisamente la espiga en la que florece su minimalismo, una línea compositiva abierta a la ensoñación y a la transgresión a un mismo tiempo. La experiencia es una forma de parálisis, dicen que decía. Y eso parece, porque aunque su mano lo ancle a aquellos tonos de un Liszt despeñándose por el piano, rodeado de una docena de condesas, su cerebro le hace ver, vislumbrar, otear otra música. La que viene. Hay que aprender a ver a lo lejos. A lo lejísimos, siguen diciendo que dijo.
Su música, dicen que también precursora de la música que accionan como un ambientador floral (ya será menos), puede leerse también en la incitación de Jarry, en el (de)formalismo magistral de un Queneau , en el detallismo exacerbado de Perec . Y en los propios títulos de su catálogo, que reproduzco para la sonrisa:
Gymnopédies,
Gnossiennes,
Je te veux,
Parade,
Socrate,
Relâche,
Vexations,
Embryons desséchés,
Première Gymnopédie: Lent et douloureux,
Gymnopedie No. 3,
Trois morceaux en forme de poire,
Sports et divertissements,
Le Fils des étoiles,
Danses gothiques,
Sonatine bureaucratique,
La belle excentrique,
Gymnopedie for piano No.1,
Nocturnes,
Le Fils des étoiles (Préludes),
Trois Gymnopedies (first movement),
Messe des pauvres,
Sonneries de la Rose+Croix,
Le Piccadilly (1904),
Avant-dernières pensées,
Uspud,
Jack in the Box,
Ogives,
Trois petites pièces montées,
J’avais un ami,
Heures séculaires et Instantanées,
Descriptions automatiques,
La Diva de l’Empire,
En habit de cheval,
Croquis et agaceries d’un gros bonhomme en bois,
Poudre d’or,
Second Gymnopédie,
Enfantillages pittoresques,
Menus Propos Enfantins,
The Dreamy Fish,
Choses vues à droite et à gauche (sans lunettes),
Fantaisie-valse (à mon ami J.P. Contamine de Latour),
Les pantins dansent,
Pièces froides No. 1, Airs à faire fuir,
Trois poèmes d’amour,
Deux rêveries nocturnes,
Danse de travers,
Ogive No. 1,
Ogive No.2,
Carnet d’esquisses et de croquis,
Trois morceaux en forme de poire : Manière de commencement,
Sarabande No. 2
Satie es un músico querido por la Red. Sus composiciones se reproducen una y otra vez, aquí y allá, con la efusión de un youtuber:
Satie a la altura de un youtuber…
Para amigos de lo menos escuchado y acaso más cierto de Satie, dejo un par de enlaces:
«Vejaciones» de Satie
Cinco nocturnos de Satie
Para quienes prefieran un sorbo más del Satie de siempre:
El Satie muy escuchado, casi oído…
Y un artículo muy oportuno, académico pero brillante, homenaje del conservatorio a un músico que terminó en el cabaret:
Yo me llamo Erik Satie, como todo el mundo
—Y su ascensor, ¿sigue subiendo o ya baja?
Originalísima entrada en forma de diálogo telefónico!, con ese humor sarcástico de Satie, que tan bien reflejas en la conversación:-) Un gran besazo
Otro para ti, mi Ofelia. Satie, un viejo héroe de mi soledad antigua, que me hacia reír con su música, pero también emocionarme. Las dos cosas.
Un precedente del minimalismo. Me encanta.
Manuel, y el que me llevó por ese camino como oyente. Gracias a Satie pude percibir después la labor de otros tantos: Glass, Nyman, Pärt, Tiersen… Lo curioso es que el propio Satie no se tomaría mucho en serio esa precedencia, supongo. Muchas gracias por el comentario, un abrazo.
El compositor y pianista de jazz francés Jacques Loussier tiene una versión «jazzística» de la obra de Satie muy recomendable. Saludos.
Y muy bella por cierto. La de la pieza que cuelgo arriba yo no la he encontrado inmediatamente ni después en la búsqueda que siguió a este comentario tuyo, Santiago. Pero pongo por aquí también su versión de Gnossiennes: https://goo.gl/P5mkjm, una que habitualmente tengo sonando en cualquier dispositivo que se deje. Muchas gracias, un abrazo!
Aunque ya había visitado la página en su día hoy, desde el blog de Borgeano, en el que dejaste el enlace, he querido rememorar esta excelente entrada tuya con más calma
y darte las gracias por ella. Nunca me canso de escuchar su música.
Feliz fin de semana.
Un abrazo.
Grande y humilde (a su manera) Satie, Isabel. Un músico que, discretamente, como quien no quiere la cosa, golpea (o acaricia mejor) cada célula nuestra y casi que la pone a bailar. Coincido!
Una maravillosa entrada, Félix. El diálogo es impecable, propio del nonsense que le atribuyo a Satie y al grupo dadaísta de aquella época. Los enlaces son más que interesantes, cosa que también se agradece.
Me apunto la página, claro está; es un placer encontrar algo bien escrito y que toque temas de los que importan de verdad.
Un abrazo.
Gracias a ti, por tu lectura y por el comentario. Viniendo de uno de los blogs que con mayor atención sigo (El blog de arena, http://www.borgeano.wordpress.com), me es muy grata tu apreciación y me llena de ilusión para seguir «perpetrando» nuevos diálogos del gran y discreto (a su feliz manera :-)) Satie. ¡Un abrazo, y gracias, sobre todo, por tu blog!
Sin duda, parece ser un placer compartido. Gracias por tus conceptos.
Un abrazo.
[…] cuantas décadas después –aunque siga abrazando a Wagner, pero también a Satie– me quedo con esta historia turbia pero honesta, emocionante en su sinceridad, fría hasta el […]
[…] abrazado por Pavese y Calvino, mana de la misma fuente que Glass, Nyman, Tiersen o Arvo Pärt: Erik Satie (no es casualidad que casi todos –y alguno más de los aquí referidos– hayan pasado ya por […]
Me gusta la sonrisa limpia de Satie y me gusta su pieza Españaña aunque el título casi es para tomárselo a mal. Quizá mejor Londondon, Manhattantan, Bonnbonn o Frafrance.
Es un placer pasear por su blog. Muchas gracias.
Ja, ja, sí, Satie siempre es frescura. Un señor contemporáneo, casi coetáneo, da igual cuando se lea esto, como dice la gente de Twitter. 🙂 La pieza preciosa pero el título poco afortunado, por una vez en Satie. Muchas gracias por el comentario, un abrazo.
El título me parece muy gracioso. Además un artista como Satie puede titular como le venga en gana. Por el tipo de humor que muestra me parece que era un hombre muy modesto. Se le puede ver pegando botes en el film Entra’cte, está en YouTube. Un Saludo.
Creo haber visto la imagen, pero no se me ha ocurrido buscarlo en Youtube. ¡Muchas gracias!