contema setenta y ocho
El círculo se completa cuando llego a casa, de nuevo, y rompo todas las notas. Antes las he ido escribiendo mientras desayuno por última vez, mientras por última vez me froto los dientes, mientras como un final ensayo un gesto para despedirme del cormorán enjaulado. Luego, no dejan de ser las mismas las horas desde la ventana en alto del funicular, con hileras de coches como campos de arroz, con antenas deformes como espadañas. Su cambio, señor.
Mientras ando intento abrazarme a algo, pero todo me despide lentamente, sin azar. Los cláxones los sueño brisa sobre la hierba, el itinerario de los peces en el acuario de la oficina se me figura un nudo de plata sobre los pensamientos, vuelo sobre cada una de las notas escritas, sobre sus escondites en la casa, intentando corregirlas, enmendándolas para nada.
En el camino de vuelta, una bandada de pájaros, libre sobre el trozo de finca urbana que queda por construir, me vuelve a convencer de algo que va a ser, secretamente, sin sustancia, de la vida misma. Recorro el último laberinto de callejas como si me fuera la existencia en regresar pronto. Apago todas las luces que había dejado encendidas. Cierro los cajones. Recojo bien el agua que se desbordó y limpio los regueros de sangre. Acomodo correctamente mi cuerpo sobre el lomo de la bañera.
Debo de ser el único suicida que no deja notas tras de sí. O el primero que se arrepiente, una y otra vez.
No está nada mal ese círculo vicioso…
P👏👏👏👏
Muchas gracias, Pippo. Un abrazo.
Sí, el pequeño infierno en miniatura de la rutina del personaje, y siempre tiene esos destellos felices que impiden cualquier propósito 🙂 Los contemas siempre se alimentan de esto. Un abrazo.
Es un círculo muy familiar a los (micro)personajes de los contemas. Este anda atrapado en esto que se narra, casi sin saberlo. Pero siempre sintiéndolo. ¡Muchas gracias por la lectura, un abrazo!
Muchas gracias, me parece que las respuestas quedaron flotando por la entrada… Pero aprovecho para desearte tu recuperación. Un abrazo.
Perfecto. Me encantó. Saludos.
Muchas gracias, Santiago. Espero que a pesar del tono se eleve un poco la masa de esta tercera serie. 🙂 Un abrazo.
Muy bellas imágenes que se van quedando en el aire, que se fijan en la mente y ahí se quedan flotando… me gusta mucho.
Un abrazo.
En la entrada quedó la respuesta a este amable comentario tuyo. Gracias de nuevo!
[…] nota de no […]
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