contema ochenta y seis

Se trataba de un hombre atrapado en una misma tarde y los dos días siguientes. Se despertaba de una siesta de viernes, listo siempre para tomar gin-tonics y menudear la noche. Estaba después el concierto, donde intuía la disposición de los trombones y la pausa final, con la celesta al fondo.

Cenaba guisotes complejos, extraños para la hora, pero aprovechando cada mismo menú para centrarse en un ingrediente y su sabor. Había aprendido a disociar perfectamente las capas de un vino, distinguiendo año por año, casi día por día, como si en vez de un sorbo se tomara, hostiado, el tajo del tronco de un árbol, para analizar sus anillos con la lengua y con el sentido.

Sus amistades y sus amores se comportaban con novedad, pero por disruptivo que fuera su comportamiento, por azarosas y aventureras que fueran las conductas que le ofrecían, él las almacenaba como puro ritual y solo se detenía, con la voracidad del entomólogo, en tal o cual detalle: una risotada a destiempo (para los demás), una palabra inoportuna (para los otros), una insinuación inopinada (para el resto).

El sábado cursaba con eventos que tenían un desarrollo o un desenlace insospechados para el mundo: la idéntica película de consabido final, un partido de resultado incierto, la invasión de una isla hasta entonces pacífica, un tifón que arrasaba cierta costa llena de lujo y felicidad, un criminal que era el perfecto vecino hasta aquel mismo momento que salmodiaban los telediarios, la muerte de un cantante de dieciocho años y un millón de seguidores… Él lo despachaba todo con cerveza y aceitunas. Tranquilo en la misma butaca de siempre.

Luego era ese hombre que has visto con las piernas cruzadas en un domingo de banco de parque. Con la mirada perdida, melancólica. Soñando siempre con un lunes cenagoso, con un martes perdurable, con un miércoles prometedor, con un jueves brillante, con la mañana de un viernes.

 

© félix molina, del texto y la fotografía
Nota: se trata del contema veintiséis de la tercera serie. Continua así esta serie que, a falta de tres contemas más —aparecerán durante los próximos meses—, concluirán estas nuevas ramificaciones, para su (probable) publicación impresa, que ya anunciaremos en fm|al y redes sociales. Para quien quiera curiosear otros contemas de la serie, aquí mismo coloco algunos enlaces:

 

la llaga

consumeros de sueños

la eternidad en un minuto

presencia

nota de no

para los malos momentos

sirena para la noche