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Sigue de ‘Poe no ha muerto en marzo’
El folletín enfila el desencadenamiento que llevará a las revelaciones de cada personaje. Y Marie es la más reveladora de todas… Se encarta también un nuevo cuento, de remembranzas goyescas.
Marie quiere hablar (‘Poe no ha muerto’, 27)
Marie, o la mujer que se parecía a Marie Rogêt, llevaba en sus ojos oscuros todo el misterio que quería contarle a Poe. Y su determinación, la misma que le hizo atravesar las calles húmedas y vacías de Baltimore, escurrirse por pórticos y callejuelas, plantarse delante del edificio de dos plantas del ingeniero, cuya linterna tan conocida fulgía arriba como el faro más extraño del puerto. Y una vez allí utilizar las dos llaves, primero la de la vivienda de London, después la del sótano de sus culpas.
Pero una suerte de animal profundo le atenazaba la garganta, haciendo de cada palabra un pajarillo huidizo que iba a estrellarse contra la frente de Poe.
–Mr. Poe, es tanto lo que tengo que decirle. ¿Podrá dedicarme usted un rato de todo su tiempo?
Más arriba (‘Poe no ha muerto’, 28)
Toda la noche –mientras las sombras iban cercenando desde la tarde la falda sembrada de huertos— sus ojos no pudieron encontrar otro descanso que aquellas dos luminarias. Vano que se enredase en las pinturas desterradas por más difíciles, que se encerrase en la luna y el viento para vagar entre los lienzos, que le doblaban en tamaño. Abajo fulgían, como los ojos mismos de la Tierra, dos luceros exactos que invitaban a imaginarse un rostro. Y su amenaza.
Se empeñó en un retrato que le estaba ocupando más tiempo y más espacio de los que hubiera deseado. Figuraba precisamente alguien mirando desde la oscuridad más profunda y eso, advirtió, fue lo que le empujaba a sacarlo de entre el polvo y la negrura. Lo colocó encima de un caballete que tenía orientado hacia una ventana con higueras donde las dos luces pendían de las más lejanas, como dos zarcillos de un blanco perfecto.
Lo que Marie le dijo a Poe (‘Poe no ha muerto’, 29)
Marie Rogêt, o esa mujer que se parecía a Marie Rogêt, o esa muchacha que había dejado con lágrimas de rabia el edificio de dos plantas y un sótano que era la proa más sombría del puerto de Baltimore y ahora vagaba por el piélago de sus calles recordando todo lo que le había dicho a Poe. O esa necia esclava –así se había definido ante Poe—que ahora quería contarlo todo, que no soportaba la criatura de mentira, de falsa beneficencia y de engaño que iba nutriendo en su seno con cada día de silencio.
Así que Marie empezó por contarle a Poe, en una noche cuya lluvia parecía remedar el susurro de la joven lectora, que sí, que ella era Marie, pero no Rogêt. Que la había llevado a London la tormenta de la borrachera y el fantasma de no reconocerse entre las sombras de una esquina. Que London se apiadó de ella, más que por una idea canónica de la belleza por la utilidad que podía depararle para su plan. Y para sí mismo. Que empezó siendo una lacaya más de su farsa de opereta, hasta que el ingeniero descubrió que, además de los ojos, tenía –despejada del vendaval de la absenta– la voz más clara de la ciudad.
No está nada mal esa multiplicidad de lecturas ¿pero crees que los lectores de blogs te seguirán el juego, aunque esté bueno? La mayoría ni siquiera lee entradas largas…
De lo que no cabe duda es de que esta hipertextualidad es un juego que abre muchas posibilidades…
Un abrazo.
Hola Borgeano, todos aquí somos lectores de blogs y salvando las distancias que se dan entre unos y otros desde luego creo que habrá muchos que no le den importancia a la duración de las entradas sino a su contenido. Considero que las que hay este blog no dejan nada que desear 🙂
Un saludo.
Luciia: ante todo agradecerte tu lectura y tu comentario. Y no solo por esta entrada, sino por la valoración general que haces del blog. Como le comentaba a Borgeano (saldrá abajo de tu comentario, creo), la circunstancia de publicar esta entrada surge del lazo amistoso con Juan Re y su mundo de Masticadores de Letras. Es verdad que esta secuencia no sigue el patrón del resto de entradas, que por deformación profesional siempre intento que sean concisas. Pero, como bien dices, ello tampoco tiene mayor importancia si significan algo para un lector y mi intención, en todo caso, es que los amigos y amigas de este blog conocieran también a otros amigos y amigas ‘masticadores’. Me alegra y me resulta alentador lo que me cuentas, porque aunque las ganas de escribir nunca falten no estamos en una isla. Y hay momentos malos y buenos. Y comentarios como el tuyo se agradecen.
Estamos de acuerdo, Lucía, al menos en lo que respecta al contenido de este sitio y de otros similares, que por suerte los hay, muchos y buenos. Pero en líneas generales he notado que muchas veces la idea es la de “yo te visito si tú me visitas” y por ello a veces ni siquiera leen lo que uno ha escrito. En lo personal lo he probado por motivos indirectos (veo que si hablan de lo que escribí no tienen ni idea de lo que se trata el asunto) y otras veces, de manera directa (subo una entrada y en treinta o cuarenta segundos tengo el primer “me gusta”. A veces han sido más. Y mis entradas suelen ser de extensión media; pero en esos casos que te señalo, al menor hubiesen requerido un par de minutos de lectura).
Como sea, hay de todo, como en botica, tal como dice el saber popular.
Aquí, con el compañero Félix nos entendemos bien; sabemos que los tiempos no siempre acompañan y que nos visitamos en la medida de lo posible; pero eso sí, cuando eso sucede nos leemos como corresponde.
Saludos.
Amigo Borgeano, qué alegría encontrarte por aquí. Te explico –y a Luciia, que también te responde– por qué surge esta suerte de sección. Un día (una noche sería) me deslumbró el modo de conducirse de un grupo de escritores, ‘Masticadores de Letras’ se llaman. El enlace (uno de ellos, ya se cuentan por decenas las divisiones de este proyecto) está arriba del todo de esta entrada. El impulsor de la iniciativa es Juan Re Crivello, un hombre curtido en lo editorial y gran dinamizador, que además lo hace todo con una armonía bastante importante. Por razones que no vienen al caso aquí, amigo, yo echo de menos este espíritu en la literatura y el arte, así que me amisté con él. Su blog es muy recomendable y yo empecé a seguirlo casi a la vez que el tuyo: https://bcnexpres.wordpress.com. El proyecto me parece precioso, y es ya una realidad, puesto que casi un centenar de personas que escriben en muchas partes del mundo se reúnen para solo este propósito sin dar una palabra más alta que otra… Es loable. Es bello.
La otra parte del asunto es que a mí me entraron unas ganas bárbaras de dar a conocer esto y aproveché para ello la publicación en sus blogs de este folletín. Vamos, como si alguna vez yo publicase algo en el querido ‘Blog de Arena’ y lo que más quisiera es difundirlo a los cuatro vientos. :-). Pero se da la peculiaridad de que contamos con formatos distintos, y el de los Masticadores es algo más extenso de lo que vengo publicando en fm|al. Con todo, me dejé llevar por el hecho de que las imágenes son atrayentes y hay cierta música en los párrafos (como en los contemas) para ofrecer aquí una pincelada de cada entrega, además del enlace correspondiente. Con la posibilidad, claro, de que ello aturda a algunos lectores y lectoras. Bueno, que ellos y ellas me lo apunten en el debe de mis culpas, ya compensaremos. 🙂 Te agradezco tu comentario, que siempre es reflexivo, que siempre aporta. Un fuerte abrazo, y que sigas bien, con la esperanza de que se llenen nuevamente las avenidas y los parques. Y que nosotros lo veamos.