De Un incierto sentido, entreverado con mi obsesión por lo que ya sabéis, surgió este texto, que no está entre Los malditos poetas porque ya está en prensa. La serie a la que me refiero –curiosamente una de las únicas que he visto en mi vida— y la película (o poema) de ella derivada me marcaron. Mucho más certeros que la propia muerte del poeta son el conjunto de signos que la preceden, los estigmas de una España descompuesta, putrefacta, que él diría. Lo del título no es una errata.
Anádasis
Para qué complicarnos muchas veces
con cálculos de estrellas y de mares.
Ya lo decía Bardem en su poema:
un funcionario oscuro termina su partida de cartas,
enciende un cigarrillo bajo la noche cómplice
y por delante de él meten en un furgón,
hacia la nada,
al poeta más cierto de la lengua española.
© Del texto, félix molina, Un incierto sentido (en progreso). La imagen es un fotograma de Lorca, muerte de un poeta, de Juan Antonio Bardem.
Reblogueó esto en luispablodetorrescabanillas.
Muchas gracias por el reblogueo, Luis Pablo. En especial me gusta que te atraiga este poema, que ocupará una buena sección de ‘Un incierto sentido’. Un abrazo.
[…] tal Sebastião Salgado nos lo tragamos). Si en el vértigo de Amanecer siempre imaginé a un atento Lorca, en este Tabú siempre entreveo a un calmado y reflexivo Cernuda (admirador del Nanuk de Flaherty), […]
[…] Anádasis […]
Hace unos meses recuperé la serie sobre Lorca (bendito archivo de RTVE) y me resultó una pasada. Tanto el contexto social y político de la época, como el retrato de un Federico que hizo de su vida un sueño, así como los detalles de su cobarde captura y su cruel asesinato. Bravo por Federico, bravo por tu sentido homenaje. Un fuerte abrazo, compañero. Adelante!
Pechada (‘pechá’, entre tú y yo) de llorar la que me di la primera vez que pude verla. Y precisamente a partir de esta secuencia, donde uno empieza a adivinar el final que los padres le habían contado a uno de Federico. No hace mucho pasé por el Botánico de Granada, junto a la Facultad de Derecho, y se me heló la sangre otra vez… ¡Un fuerte abrazo!
Supongo que a mí me pasó al contrario. Tantas veces que he pasado por Derecho, el Botánico, de hecho viví una época enfrente del jardín, y de repente encontrármelo en la serie como la cárcel donde estuvo Federico. Qué de cruentos detalles nos aguarda el presente y cuántos ignoramos. Un fuerte abrazo, compañero. Adelante!
Además fue algo sorprendente, Rafalé: estaba pensando precisamente en Federico, de repente miro a mi alrededor… y me encuentro la puerta famosa de Derecho. 😦