Nada | Javier Tirado, 2022

Ofelia y yo, sucesivamente, fuimos invitados a abandonar uno de los banquitos del vestíbulo, como quien accede, tras el alfajor santafecino de Borges, a un aleph perdido en una vieja fundición de moneda. Nuestro Carlos Argentino Daneri nos esperaba detrás de la caja que, a su vez, esperaba nuestra sorpresa, con forma que vacilaba entra una vieja maleta de madera y el habitáculo de un daguerrotipo. Luego acercamos los ojos al estrecho margen de cristal practicado en uno de sus costados.

Y ahí la maravilla. Del empedrado de una calle antigua a una confortable habitación de Cambridge, con su pizarra, su ratonera y su ventana a otra calle, tormentosa. La tarde se hace íntima, en la acción de ese espacio que transcurre solo para nuestros ojos. Como en los caleidoscopios. Como en las diapositivas y el visor aquel. Como en el aleph soñado. Doscientos cuarenta segundos con el corazón y los sentidos agradablemente encerrados entre las cuatro paredes de una caja. Cuatro minutos de teatro para una sola persona, que al final aplaude porque lo ha disfrutado. Toda la esencia del teatro estaba ahí mismo, ante nuestros únicos ojos: movimiento, música, palabra… Ya decía Stephen Hawking —y ahora lo demuestran el genio y el ingenio de Javier Tirado— que el universo cabe en una cáscara de nuez.

Nota en un segundo:

Nada es el espectáculo teatral de Javier Tirado que hizo los cuatro minutos de una tarde de domingo los más gratos de esa y muchas otras tardes. Teatro para una persona. Si yo tuviera un teatro, sería el primer espectáculo en montar en mi teatro. Y si no lo tuviera, merecería construirse solo para Nada. Nosotros tuvimos la suerte de disfrutarlo en La Fundición (https://www.fundiciondesevilla.es/web/). Aquí abajo, más información sobre la obra.

El universo de Javier Tirado nos recordó este transitado hace unos años, en Cuenca:

O esta otra genialidad de Hotel Modern:
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