Wikipedia | VV. AA., 2001

borgespedia

No soy amigo de los premios, qué le voy a hacer: demasiados cadáveres en el armario de los mundialmente conocidos –por ejemplo, sí, esos de Suecia que huelen a pólvora–,  que nunca fueron para los escritores, directores de cine, artistas en general que más frecuento. Y categorías que todavía parecen bíblicamente excluidas del pastel, como el cómic, una nueva forma de hacer arte y literatura… con más de cien años. Soy incluso menos amigo de los premios con nombre de instituciones milenarias a las que les harían falta otros tantos milenios para ponerse al día con la dignidad que se les supone. Sin embargo, curioso misterio, me emocionó la concesión del último premio (y no sé si el primero) que le han dado a la Wikipedia.

En sus sueños, Jorge Luis Borges pobló de bibliotecas crecientes, casi orgánicas, los atlas de su conocimiento, dispersos en narraciones que nos recuerdan, con orgullo casi sentimental, que el ser humano es su cerebro. Refutadores y postuladores navegan por cuentos cuya acción es mínima (a veces la escritura de una nota erudita, o el examen de las manchas de un tigre), pero que requieren de la ayuda de enjundiosos volúmenes, fatigados tomos y olvidados anaqueles para que su mensaje nos cale como el brillo de una espada de Salgari o la acumulación exacerbada de metáforas de Góngora. Borges es, más que nada, una gozosa enciclopedia, bañada por todas esas fábulas cuya ensoñación nos hizo alguna vez felices: la posibilidad de una memoria  atroz, dispersa en cada detalle de cada cosa que la evocación nombra; una venganza secreta y justa; la vida, dilatada a nuestro antojo en una eternidad o su remedo, mientras la bala se aproxima… Cuanto más se avecina a un libro, más seguro y ameno es el paraíso que nos depara, lo mismo que un altoparlante, la paradoja y una como risa nerviosa siempre nos comunican el barrio o la isla encantada de Cortázar, esa otra ala argentina de la felicidad literaria.

rob gonsalves

Sí, soy muy especialmente amigo de las elucubraciones, de la literatura-ficción casi por castigo, y si hay algo que me encanta es imaginar a JLB enfrascado en internet, enredado hasta las corvas en la Wikipedia. ¿Qué habría pensado, alguna vez, JLB de Jimmy Wales? ¿Se hubiera hecho JLB wikipedista, a ratos perdidos, entre Funes el memorioso y La casa de Asterión? ¿Le hubiera robado buenos momentos de la consulta de su querida Britannica ? ¿No le importaría vivir, como una sentencia más, como un párrafo cualquiera, entre las magistrales citas del artículo wikipédico en español  Tertulia, p. e. –o quizá quisiera perderse en su versión inglesa?  ¿Qué imaginario personaje no nos hubiera fabricado para fatigarlo una y otra vez en los canales cibernéticos que atraviesan cada página de esta enciclopedia tal vez infinita y en infinito progreso? O a lo mejor, hubiese querido atravesar él mismo ese continente virtual, e ir desembocando una y otra vez en cada artículo, sintiéndose arrastrado, como navegado entre las páginas de desambiguación, como un manantial que fluye seguro hacia lo soñado…

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Me llena de orgullo y satisfacción –pero esta vez de verdad– que le concedan un premio a la obra casi inconcebible de uno de los pedigüeños (sólo hay que ver las enternecedoras demandas de contribuciones de la Wikipedia) más queridos y conocidos de la Red, una empresa quizá a años luz del premio concedido –yo en mi hondón, en la oscuridad de este cuartito, le he preferido conceder el Jorge Luis Borges de las Enciclopedias Soñadas y Soñantes.

Nota cuántica: He dicho, borgianamente, enciclopedia tal vez infinita. Alguien ha inquietado, siguiera vagamente, como en los espejos, ese cómputo, y acaso puedas hallarlo aquí:

 

La Wikipedia, imprimible

 

Las librescas e inquietantes imágenes de esta entrada son de un fantástico ilustrador canadiense, Rob Gonsalves, también borgiano, o cuando menos enciclopédico –imagino.