Mis relatos favoritos

“Pez volador”, en Parpadeos | Eloy Tizón, 2006

coladepez

             para José Jaime García Bernal, que me presentó estos cuentos

Los peces son la vida; los peces son la muerte. Y en este cuento antológico –al menos para mí, lo digo siempre– los peces son tantas cosas que fluyen, que se nos escapan entre los dedos como el agua de la fuente que intentábamos apresar de niños, primera decepción del Tántalo que acabamos siendo.

Eloy Tizón –sin atreverme yo a ser un incensario más como los que denuncia en su página de discusión la Wikipedia– pertenece a una generación de escritores que nos está dando lo mejor en las pequeñas dosis del cuento, e incluso del microcuento (es demoledor el titulado «Sobremesa o fin del mundo», recogido en el mismo volumen del reseñado en esta entrada: “Hoy después de comer he retirado el mantel, he lavado los platos, y un día estaré muerto”).

En ese grupo meto –con alguna omisión involuntaria, os lo aseguro– a Quim Monzó, Sergi Pàmies o Hipólito González Navarro  (con una antología por cierto de igual título a este relato) y, en la otra parte del charco, pongamos que a un David Foster Vallace. Todos son deudores de una esencia del realismo más o menos mágico / más o menos sucio de la literatura sudamericana y el golpe de dados que autores como Cortázar o Raymond Queneau dieron a la narrativa más breve.

Este relato difícilmente olvidable está hecho de tiernos ocultamientos y descubrimientos decisivos, de trasiegos domésticos por la realidad de los sucesos infames que empiezan a minarnos la alegría desde las primeras horas de vida: un pez que acaso enferma, los sudores y agobios paternos, la luz que empieza a agonizar en el fondo del río ciudadano. Tiene la precisión de una crónica pero la intensidad de lo que se rememora. Y así sin más queda fijado a nuestra peripecia de lectores: como una lamprea que acariciamos y se alimenta, lenta pero constante, de la sustancia de nosotros mismos, de todo lo que somos, de todo lo que ya no vamos siendo.

Nota no menos breve:

 

ParpadeosEntre sus novelas y otras dos colecciones de cuentos (Velocidad de los jardines, la primera, y Técnicas de iluminación, la más reciente), este Parpadeos me resulta la más accesible de sus obras (cualquiera que sea lo que signifique esto: despejad vosotros esta equis). El tomito está plagado de guiños a la realidad cultural de un niño de los 80, por cierto: Star Trek, Heidi…
Hay una bellísima adaptación fílmica de este cuentito circulando por la red, de sabor japonés. Su autor es Alejandro Cánovas:

 

Pez volador from Alejandro Canovas on Vimeo.

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