enero | Antonio Altarriba, novelista gráfico

Troquelo dos de los títulos esenciales del novelista gráfico Antonio Altarriba para que la síntesis lo sea también de esa enciclopedia histórica suya del siglo XX español vertida en viñetas. En efecto, como ocurre con Los surcos del azar, de ese otro Miguel Ángel del cómic que es Paco Roca, tanto El arte de volar (2009) como El ala rota (2016) reflejan la intrahistoria familiar (en sus versiones masculina y femenina, respectivamente) de Altarriba. Pero también los arañazos que los años más convulsos de ese siglo le deparan a nuestra historia común. Auxiliado por un magistral Kim en el dibujo, Altarriba teje con ambos tomos un tapiz de la preguerra, la guerra y la posguerra inciviles de España, a partir, en el primer caso, del suicidio paterno, y en el segundo de ese brazo izquierdo de su madre Petra, a punto de ser machacado por el atávico abuelo con una piedra. Antonio y Petra son, por tanto, los ojos y la lengua del autor y su dibujante, que no se detienen solo en las escaramuzas bélicas o en el retrato de un país hostil hacia el progreso, sino que dibujan –nunca mejor dicho– lo único que ofrece, aparte de la lucidez y la conciencia, algo de recompensa a sus queridos personajes: el amor, en cualquiera de sus mutantes formas.

Que Antonio Altarriba es un autor de los que consideran que nada le es ajeno en el aire que respira lo prueban sus siguientes obras, igual y justamente aplaudidas, de la mano dibujante de Keko. Así, Yo asesino, versión en viñetas de la famosa idea de Thomas De Quincey de considerar el asesinato como una de las bellas artes y excusa para tratar con su aguijón de siempre (más aguzado con el dibujo de Keko, en tonos rojos) las relaciones humanas, la sociedad vasca o la superficialidad del academicismo de nuestros tiempos. O Yo mentiroso, donde la crítica se afila más si cabe y guionista y dibujante meten mano a las fauces del poder actual y sus ropajes de mentira, sin dejar piezas sueltas. Están aquí todos los seres que nos amargan de continuo los telediarios (y de paso la vida, que es peor). Desde líderes políticos de nuestros queridos partidos hasta empresarios sin escrúpulos que dirigen equipos de fútbol. En tonos verdes (¿como la bilis, como la envidia?), los autores trazan la delincuente trayectoria de un asesor de imagen, demostrando que, hoy como ayer, el amor y la guerra continúan.

Nota muy agradable:

El Calendario fm|al 2024 se publica conjuntamente en Masticadores.com, algo que llena de ilusión a este bloguero. Podéis encontrarlo justo aquí: