TERCER AUTORRETRATO JUVENIL
Quisiste,
amante solitario, silencioso,
perderte entre las ramas,
cumplir el sueño viejo
que prometen los pájaros
-el ruiseñor de Keats, la paloma de Alberti–,
dormir en canto eterno
y resurgir parnasos.
Aquello
fue, como todo, imposible
y terminaste
héroe de una sola página,
cláusula llorona y sin ritmo.
La escalera tercera,
el segundo piso:
todo aquel fue el parnaso
que esperabas.
Alguna vez, pasado
cierto tiempo,
dijiste:
«Poesía, única forma
de distanciarse amando».
Y luego te quejaste
de tu dolor antiguo:
la soledad de siempre,
los amores perdidos.
(c) félix molina, del texto e ilustración