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8 de mayo | Jean Henri Gaston Giraud («Moebius»), 1938 – 2012
Cuatro siglos y pico de nada, la alucinada mente del hombre que mira a las estrellas (en el cine, en la literatura) y un poco más de color –achaquemos su falta al paso del tiempo y a una época fúnebre en sí– le faltaron al bueno de Hieronymus Bosch, El Bosco de toda la vida, para ser Jean Giraud, el Moebius de todos nuestros sueños.
El espíritu es el mismo en los dos: ambos son soñadores irredentos, felizmente condenados a reproducir sus visiones en lienzos o en viñetas. Lo que somos, tangenciado por la muerte y por la vida, enarbolado por la ensoñación y vuelto contra el viento, se resuelve en unas imágenes que no terminamos de explicarnos pero que ya entendimos desde la primera vez que se posaron en nuestra imaginación. Los límites son los de nuestra posibilidad de trascender lo imaginado, de revolver en los cajones del siempre para hallar, ahí, disperso, todo manchado de todo, el universo por soñar. Apenas creo comprender el mundo de este Jean Giraud (1938-2012), que parece tomar el nombre de esa cinta o banda enigmática que amordaza al infinito. Sus historias me parecen, muchas veces, inconclusas –quizá porque lo son… Como quien intenta descifrar un duermevela, la vaguedad de su hilo, que finge ser discurso, apenas se deja atrapar, como el que quería llevar siempre de la mano el niñito del libérrimo Globo rojo de Albert Lamorisse.
Pero me descubro ante la enorme y bella capacidad para figurar todo lo que, resumido por la imaginación, viene a bañarse en la rivera infinita del ingenio fantástico. Con Moebius he emprendido batallas a las que la finitud de mis horas temporales me ha vedado, he nadado en desiertos de celeste desolación, me he prodigado en seres que aun no conocemos y he inspeccionado paisajes que solo él y algunos otros creadores me sirvieron en su florida bandeja (el inacabable Doré, los paisajistas románticos, un Théodore Géricault y sus desaforados náufragos, Jules Verne; o el Hayao Miyazaki de El castillo ambulante, por fijar aquí una violenta cesura…). Ni siquiera sé si el mundo Moebius será próximo, futuro o se avecinará con alguno de los que nuestra voraz especie permita. De momento me conformo con paladear sus táctiles sombras, engarzadas en pirámides que atraviesan el espacio, atravesadas por columnas de florales desechos, mil y una veces renacidas a la luz de lo que no es pero ya siempre será.
Te felicito por esta estupenda entrada- Gran trabajo, Félix.
Muchas gracias a ti, Isabel, por pasarte, leer y dejar tu amable comentario!
Genial Moebius y fantástica entrada. Muchas gracias por compartir tanto y de tanta calidad.
Un abrazo.
Gracias a ti, Bárbara, por la lectura y el comentario!
Y he recordado que también quisiera compartir el propio sitio web que nos dejó Moebius. Aprovecho y lo pongo por aquí:
http://www.moebius.fr/
Bien merece una y otra visita. El homenaje al maestro japonés, Kanagawa, en una de las viñetas introductorias (la de la gran ola) es muy bello.
Muchas gracias, lo visitaré con mucho gusto y espero que lo haga mucha gente. Un fuerte abrazo.
Menos de 500 palabras a las que he tenido que prestar atención durante casi 2 horas, nunca dejas de sorprenderme félix, lo cual no puedo más que agradecerte y esperar con ilusión la entrada siguiente. Buen fin de semana, un abrazo.
Todo un lujo que una de las personas que con más sentido y sensibilidad ha fotografiado París (a https://evocationduparis.wordpress.com/ me remito) se pase por aquí y experimente lo que describe. La sensación era análoga con las imágenes volcadas en la Evocation. Espero que sea de tu agrado también la próxima entrada, Jesús, un abrazo!
Reblogueó esto en pradarauly comentado:
El Bosco estuvo casi a punto de ser Moebius
Muchas gracias por el reblogueo y el dejarlo por acá, un abrazo!
fant[astica relaci[on. Moebius y el Bosco son mis dos grendes [iconos, y nunca, nunca llegue a ver esta posibilidad. Gracias!!
Esa relación, Felipe, se me impuso justo cuando conocí el Jardín de la Delicias, y ya no dejé de ver la genialidad de ambos, el mismo género de prodigios. Es duro, sin embargo, ver que el cómic no merece aún, en muchos casos, el análisis riguroso que tiene la obra clásica de pintura o escultura, por ejemplo. Aunque creo como tú que son iconos, y pronto Moebius y otros creadores como él equilibrarán la balanza. Gracias por la atenta lectura y el comentario!
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[…] 1 El Bosco estuvo casi a punto de ser Moebius […]
El titulo está mal: «Moebius estuvo casi a punto de ser El Bosco»…..
[…] Moebius […]
[…] de una inspiración desbocada (recordaba en una entrada muy visitada de este blog la semejanza con Moebius, bajo un pintoresco título) en mucho del arte que hoy bebemos como nuestro. Con eso, y después […]
Magnífica entrada, Félix. Yo empecé escribiendo guiones de cómics (o historietas, como le decimos en Argentina) y debe haber alguna publicación en la que he compartido espacio con Moebius (lo cual no significa nada; pero los que somos pequeñitos hacemos cualquier cosa, a veces, para salir en la foto; en este caso creo que bien lo vale, ya que Moebius ha sido, desde aquella época dorada del cómic, uno de mis preferidos). Tengo guardados en mi disco duro externo todos los videos de Arzak (o Arzach, a veces), cómics que salieron publicados, precisamente, en los 90 en aquella revista (Fierro, se llamaba).
Un fuerte abrazo y ya comentaré y responderé a lo demás. Ando con problemas técnicos y me conecto poco tiempo y donde me dejan hacerlo.
Me alegra saber ese detalle. Pues una razón más para que te sientas cómodo por aquí. Respeto máximo al cómic, por lo que nos ha hecho sentir y pensar y por lo que aún le queda por hacerlo. Investigaré sobre Fierro… Es un auténtico placer encontrarse con comentarios como este. Un abrazo, que aprovecho para felicitarte el año que está por entrar, allá donde te puedas encontrar. ¡Nos seguimos leyendo en 2019!
Moebius, qué artista. Quizá pudiera haber creado mucho más (no sé: ópera, cine…) pero desde luego hizo una Capilla Sixtina de cada número de Arzak, de sus pobladísimos desiertos, de la penumbras y la claridad de sus cielos. Riquísimo todo lo que cuentas. Muchas gracias por ello y por la atenta lectura. Un abrazo.
Insisto en que el placer es compartido, lo cual lo hace aún más valioso.
Un abrazo.
[…] Acostumbrado a la celebración de este Día Mundial de la Poesía (que para mí es la respiración de todos los míos), os traigo este poema de la ‘Suite urgente’ que aparecerá en Los malditos poetas. La imagen es de IA, acuñada bajo la búsqueda ‘John Keats visto por Moebius‘. […]